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viernes, 11 de abril de 2014

Comentario de texto para Semana Santa


El texto que tenéis que analizar en vacaciones es este, lo he sacado del modelo de examen de este año que tienen las universidades. He decidido pediros todas las preguntas (excepto la de literatura y la valoración crítica) para que el repaso sea más completo.

Mi padre era tímido, introvertido y de naturaleza melancólica, pero eso no quiere decir que fuera triste. Detestaba cualquier tipo de solemnidad, también la de la tristeza. Su principal obsesión, cabe decir, era la de ser feliz. Albergaba múltiples dudas acerca de sí mismo y estaba en permanente liza con ellas, pero con el mismo ahínco buscaba la distracción, dejarlas a un lado. El humor era su herramienta, el territorio en el que mejor se movía. Lo utilizaba para cauterizar situaciones potencialmente conflictivas, para hurtarse a la mirada de los otros, para salir airoso en sociedad, para demandar afecto, para darlo, para juzgar el mundo. También para defenderse. Cuando se lo acorralaba y se lo forzaba a entrar en una conversación espinosa, su manera de evitar el golpe era en primera instancia un comentario humorístico. Era su forma de pedir perdón y obtenerlo antes de llegar a un callejón sin salida. Era su forma de darse tiempo, si el cerco se estrechaba, antes del estallido, pues su incapacidad para el diálogo, si se veía cuestionado, con frecuencia derivaba en arranques de cólera.
Como evitaba el primer plano, sus bromas no eran histriónicas, no buscaban el colofón de una carcajada. Prefería emplear la ironía, una ironía que podía llegar a ser demoledora a la hora de hablar de cosas que realmente le importaban, y con más frecuencia aún, cuando estaba en confianza, de la autoironía, como cuando imitaba la voz de un niño para hacer sus demandas de amor o responder a las que le hacíamos a él.
Creo que lo que escondía era un acentuado, paralizador, sentido de la dignidad. Había muchos rasgos de su carácter que lo avergonzaban, empezando por el sentimentalismo, y todo su afán era taparlos, que el ojo ajeno no los descubriera. Por eso evitaba las conversaciones demasiado cargadas emocionalmente, porque temía que su verdadero ser aflorara en ellas, que se le escapara una lágrima o que un comentario fuera llevándole a otro hasta acabar diciendo lo que no querría. En realidad, lo que más le avergonzaba, y lo que su agudizado sentido de la dignidad más se empeñaba en ocultar, era que se tenía por un ser débil. El sentimentalismo lo consideraba parte de esa debilidad, en unión de otras que solo soy capaz de intuir. La principal de todas: su falta de brío ante las cuestiones prácticas de la vida, algo de lo que yo, como hijo suyo, era un constante recordatorio. 

(Marcos Giralt Torrente, Tiempo de vida, 2010)

CUESTIONES

  1. Haga un comentario de texto del fragmento que se propone contestando a las preguntas siguientes: a) Enuncie eltema del texto (0,5 puntos); b) detalle sus características lingüísticas y estilísticas más sobresalientes (1,25 puntos); c) indique qué tipo de texto es (0,25 puntos).
  2. Redacte un resumen del contenido del texto. (1 punto)
  3. Elabore un texto argumentativo a favor o en contra de la opinión de que el carácter de los hijos se parece al carácter de sus padres. (1,5 puntos)
  4. a. Analice sintácticamente: Creo que lo que escondía era un acentuado sentido de la dignidad. (1,5 puntos). 
  5. b.Indique a qué categoría gramatical o clase de palabras pertenece acorralaba, analice su estructura morfológica y señale a qué proceso de formación de palabras responde. (1 punto)

sábado, 8 de marzo de 2014

Resumen y opinión argumentada (texto 7)

Hoy toca un texto periodístico:

Su alteza real

Lo peor de la infanta Cristina no es que haya olvidado que era dueña de una S.L. tóxica, lo peor es que no se acuerda de quién es ella y, sobre todo, de quiénes somos nosotros. A ver, nosotros somos los que pagamos, por ejemplo, los recibos de los escoltas que en el descanso de las comparecencias le van a comprar un bocadillo. Nosotros la hemos llevado a los mejores colegios y nos hemos ocupado de que su infancia transcurriera en un entorno seguro e idílico: a dos pasos del centro Madrid, como el que dice, pero en medio de la naturaleza. No tenía el metro a la puerta porque disponía siempre de un automóvil excelentemente dotado, cortesía también del pueblo, con un chófer que la llevaba y la traía. Nosotros nos hemos hecho cargo de sus gastos y de los de toda la familia, le hemos regalado prácticamente el palacio de Marivent, donde, si ella quiere, podría hacer noche entre comparecencia y comparecencia.

Gracias a esos desvelos, de mayor obtuvo un buen trabajo en una empresa solvente. Un trabajo en el que dice: Me conviene ir a Suiza, y la destinan a Suiza sin mayores papeleos, sin que intervengan en el traslado el jefe de Recursos Humanos o el responsable de Personal, sin que los sindicatos digan esta boca es mía. Un trabajo al que acude cuando le da la gana sin que la llamen al orden. Quizá ni siquiera le descuentan del sueldo los días que no va por esto o por lo otro. No nos importa mucho, en fin, que no se acuerde de las clases de flamenco o de salsa pagadas con dinero público: bagatelas, comparadas con lo que llevamos invertido en su formación. Pero nos duele que no se haya enterado todavía de quiénes somos nosotros, usted y yo, que no tenga ni idea de con quién habla cuando se dirige al juez que nos representa y que está intentando reparar las ofensas de que hemos sido víctimas por parte de su alteza real.

Juan José Millás, 14 de febrero de 2014


  1. Determine el tema del texto.
  2. Redacte un resumen del contenido del texto.
  3. Indique a qué categoría gramatical o clase de palabras pertenecen los términos destacados en negrita (pagamos, bocadillo, naturaleza y automóvil), analice su estructura morfológica y señale a qué proceso de formación de palabras responden.
  4. Elabore un texto argumentativo a favor o en contra de la importancia de la monarquía en la España actual.
  5. Realice un comentario de texto.

Las preguntas 1-4 tenéis que entregarlas el viernes día 14 de marzo; la 5, el vienes 21.

lunes, 3 de febrero de 2014

Resumen y opinión argumentada (texto 6)

El teniente se hizo a un lado y él entró. La cama estaba revuelta y el Esclavo pensó de inmediato en la celda de un convento: debía ser algo así, desnuda, lóbrega, un poco siniestra. En el suelo había un cenicero lleno de colillas; una humeaba todavía.
- ¿Qué hay? - insistió Huarina.
- Es sobre lo del vidrio.
- Nombre y sección - dijo el teniente, precipitadamente.
- Cadete Ricardo Arana, quinto ano, Primera sección.
- ¿Qué pasa con el vidrio?
Era la lengua ahora la cobarde: se negaba a moverse, estaba seca, la sentía como una piedra áspera. ¿Era miedo? El Círculo se había ensañado con él; después del Jaguar, Cava era el peor; le quitaba los cigarrillos, el dinero, una vez había orinado sobre él mientras dormía. En cierto modo, tenía derecho; todos en el colegio respetaban la venganza. Y sin embargo, en el fondo de su corazón, algo lo acusaba. "No voy a traicionar al Círculo, pensó, sino a todo el año, a todos los cadetes."
- ¿Qué hay? - dijo el teniente Huarina, irritado-. ¿Ha venido a mirarme la cara? ¿No me conoce?
- Fue Cava - dijo el Esclavo. Bajó los ojos-: ¿Podré salir este sábado?
- ¿Cómo? - dijo el teniente. No había comprendido, todavía podía inventar algo y salir.
- Fue Cava el que rompió el vidrio-dijo-. Él robó el examen de Química. Yo lo vi pasar a las aulas. ¿Se suspenderá la consigna?
- No - dijo el teniente-. Ya veremos. Primero repita lo que ha dicho.


La ciudad y los perros, Mario Vargas Llosa


  1. Determine el tema del texto.
  2. Redacte un resumen del contenido del texto.
  3. Haga un comentario del fragmento que se propone.
  4. Elabore un texto argumentativo a favor o en contra de la denuncia de actos vandálicos.

martes, 3 de diciembre de 2013

Resumen y opinión argumentada (texto 5)

No quise pensar más en lo que me rodeaba y me metí en la cama. La carta de Ena me había abierto, y esta vez de una manera real, los horizontes de la salvación.
“ ...Hay trabajo para ti en el despacho de mi padre, Andrea. Te permitirá vivir independiente y además asistir a las clases de la universidad. Por el momento vivirás en casa, pero luego podrás escoger a tu gusto tu domicilio, ya que no se trata de secuestrarte. Mamá está muy animada preparando tu habitación. Yo no duermo de alegría.”
Era una carta larguísima en la que me contaba todas sus preocupaciones y esperanzas. Me decía que Jaime también iba a vivir aquel invierno en Madrid. Que había decidido, al fin, terminar la carrera y que luego se casarían.
No me podía dormir. Encontraba idiota sentir otra vez aquella ansiosa expectación que un año antes, en el pueblo, me hacía saltar de la cama cada media hora, temiendo perder el tren de las seis, y no podía evitarla. No tenía ahora las mismas ilusiones, pero aquella partida me emocionaba como una liberación. El padre de Ena, que había venido a Barcelona por unos días, a la mañana siguiente me vendría a recoger para que le acompañase en su viaje de vuelta a Madrid. Haríamos el viaje en su automóvil.
Estaba ya vestida cuando el chófer llamó discretamente a la puerta. La casa entera parecía silenciosa y dormida bajo la luz grisácea que entraba por los balcones. No me atreví a asomarme al cuarto de la abuela. No quería despertarla.
Bajé las escaleras, despacio. Sentía una viva emoción. Recordaba la terrible esperanza, el anhelo de vida con que las había subido por primera vez. Me marchaba ahora sin haber conocido nada de lo que confusamente esperaba: la vida en su plenitud, la alegría, el interés profundo, el amor. De la casa de la calle de Aribau no me llevaba nada. Al menos, así creía yo entonces.
De pie, al lado del largo automóvil negro, me esperaba el padre de Ena. Me tendió las manos en una bienvenida cordial. Se olvidó al chófer para recomendarle no sé qué encargos. Luego me dijo:
-Comeremos en Zaragoza, pero antes tendremos un buen desayuno –se sonrió ampliamente-; le gustará el viaje, Andrea. Ya verá usted.
El aire de la mañana estimulaba. El suelo parecía mojado con el rocío de la noche. Antes de entrar en el auto alcé los ojos hacia la casa donde había vivido un año. Los primeros rayos del sol chocaban contra sus ventanas. Unos momentos después, la calle de Aribau y Barcelona entera quedaban detrás de mí.


Nada, Carmen Laforet

  1. Determine el tema del texto.
  2. Redacte un resumen del contenido del texto.
  3. Indique a qué categoría gramatical o clase de palabras pertenecen los términos destacados en negrita, analice su estructura morfológica y señale a qué proceso de formación de palabras responden.
  4. Explique el concepto de sinonimia. Proponga un sinónimo de ansiosa y otro de anhelo según el significado que ambas palabras tienen en el texto.
  5. Identifique el tipo de texto que es y analice los elementos narrativos en el fragmento.
  6. Elabore un texto argumentativo a favor o en contra sobre los viajes como experiencia vital.

Las preguntas 1-4 hay que entregarlas el día 13 de diciembre
la 5 y la 6 el 17 de enero

viernes, 22 de noviembre de 2013

Resumen y opinión argumentada (texto 4)

Publicidad con alevosía

Recochineo. “Burla o ironía molestas que acompañan a algo que se hace o dice”, según el DRAE. Pero me gusta más –y a ella la quiero– lo que nos cuenta María Moliner: “Burla, ensañamiento o refinamiento añadidos a una acción con que se molesta o perjudica a alguien: ‘Me han dejado el peor trabajo y, además, con recochineo”. La verdad es que, comparando las dos explicaciones, la primera parece hecha por un señorito; de la segunda no nos cabe duda de que la realizó una mujer tan trabajadora como sabia.
Recochineo, insisto. Una palabra que últimamente ha alcanzado una lamentable cualidad descriptiva de lo que nos ocurre. Recochinearse es lo que hacen. Los unos, en sus políticas de ajuste que definen el mundo que les gusta, el de los poderosos y los siervos. Los otros, en sus corrupciones, su impunidad y su cinismo. Tomemos, por ejemplo, el caso de la publicidad de los bancos. Sí, los bancos, esos elementos fundamentales del puzle del fracaso español, con Bankia a la cabeza, que han recibido la pasta gansa europea que hemos de pagar nosotros, y que etcétera, etcétera, etcétera, pues sería recochineo repetirlo.
A mí se me caen los miriñaques del sombrajo cuando escucho que el banco tal o el banco cual promete dar no sé qué “sin comisiones”, o cuando presume de su plan de becas e iniciativas, o cuando alardea de humanidad y cercanía, o de cambios porque ha llegado el momento de cambiar, o cuando nos dice que no son un banco, sino prácticamente una obra benéfica. A mí, esa publicidad me revuelve el estómago.
Los bancos deberían saber que cualquier publicidad que emanen es contraproducente. Sobre todo los que han recibido dinero público, e incluso aquellos que no han necesitado el rescate, o cuyo comportamiento modélico –alguno habrá, digo yo– les permite lanzar la primera piedra. Deberían reflexionar sobre si la publicidad les ofrece los mismos resultados que a una marca de colonia o de galletas, que por ahora no le han hecho daño a nadie, pues no aconsejan que nos bebamos la primera y nos metamos las segundas por el canalillo, que es lo que nos vienen a decir los bancos: somos buenos, creed de nuevo en nosotros; mira, mira, mírame la patita, es blanca y soy un cordero.
Visto lo visto, y sufriendo lo que está sufriendo, el ciudadano español parece que concede el mismo porcentaje de desconfianza a los políticos y a los bancos: en torno al 95%, según el estudio Values and worldviews, presentado hace poco por una fundación bancaria, precisamente la del BBVA. No es de extrañar que cuando aparece en los cines el anuncio de Bankia de empezar por los principios, los pocos espectadores que hayan podido permitirse comprar la entrada se entreguen a abucheos sin precedentes. Yo lo hago, solita, pero con todas mis fuerzas, cuando lo escucho por la radio. Vocifero como posesa ante cualquier intento de lavado de rostro perpetrado por los entes bancarios que fueron más activos en sembrar el terror de las preferentes, y por aquellos –como quien dice, todos– que se entregan con entusiasmo al crimen de los desahucios. También me río con –aquí sí– amargo recochineo cuando recuerdo que, seis meses antes de ser absorbido por otro, Banesto se publicitaba como “el banco que aprendió a hacer las cosas de otra manera”. Ya te digo.
La ciudadanía está tan escamada de los bancos como de las campañas electorales políticas. Promesas incumplidas. Y contra eso no hay publicidad que valga, sino hechos.
Bajar del pedestal y mezclarse con la gente es algo tan recomendable en política como en banca. Claro que se arriesgan a que les escrachen con recochineo, pero así es la vida. Un toma y daca. 

Maruja Torres, 5 de mayo del 2013



  1. Determine el tema del texto.
  2. Redacte un resumen del contenido del texto.
  3. Indique a qué categoría gramatical o clase de palabras pertenecen los términos destacados en negrita, analice su estructura morfológica y señale a qué proceso de formación de palabras responden.
  4. Explique el significado de las palabras subrayadas del texto (no puedes buscar en el diccionario, si no las conoces, dedúcelo por el contexto).
  5. Elabore un texto argumentativo a favor en contra de la influencia de la publicidad en los hábitos sociales.

jueves, 21 de noviembre de 2013

Opinión argumentada (recomendaciones)

Lee el tema propuesto y piensa todo lo que sabes acerca de él, después:
  • Toma una postura, a favor o en contra.
  • Busca argumentos que respalden tu tesis. Piensa en ejemplos, datos objetivos, alguna cita, incluso basados en tu experiencia personal, de tipo moral, lógicos…
  • Organízalos en una esquema previo (elige la estructura: deductiva, inductiva, paralela…).


 Ahora es el momento de comenzar la redacción. Para ello:
  •  Introduce el tema en cuestión.
  • Divide tu texto en diferentes párrafos, cada uno que englobe una idea.
  • Utiliza la lengua estándar, no abuses del tono coloquial.
  • Cohesiona tus ideas mediante los diferentes conectores.
  • Haz partícipe al lector y créete que le puedes convencer.
  • Intenta profundizar en qué implica tu postura socialmente, qué consecuencias tiene para tu país, tu entorno o el mundo la defensa de esa opinión… piensa si es algo mayoritario o no, si es actual o históricamente siempre ha generado debate…, es decir, procura hacer una defensa correcta y para ello debe ser formada y bien argumentada (huyendo de los tópicos).
  • Concluye tu opinión “cerrando” correctamente el texto.


Para ayudarte en la redacción, a continuación encontrarás un listado de conectores que pueden serte útiles:


1. Conectores que estructuran el texto:


2. Conectores que estructuran las ideas:

3. Conectores que introducen operaciones discursivas: